Estas son las señales de alerta de una adicción a redes sociales. ¿Hay solución?

Con motivo del Día Mundial de las Redes Sociales, que se celebra este jueves, los expertos de la Clínica López Ibor advierten de que su uso se puede transformar en una adicción, sobre todo en los más jóvenes, por lo que «es importante saber detectarlo y ponerle solución».

«Es un problema que está en auge, ya que nuevos desafíos, aplicaciones o juegos novedosos no paran de surgir, aumentando el consumo y, también, la adicción, sobre todo, en los jóvenes y adolescentes», advierten los expertos.

Un ejemplo de esto es el llamado Scroll Infinito, una función que permite a los usuarios acceder a distintos contenidos constantemente sin necesidad de hacer ‘clic’. Esta forma de uso en las redes, que se creó para facilitar la experiencia a los internautas, está fomentando aún más la adicción. «Se la denomina, incluso, ‘la cocaína conductual’», advierten desde la clínica.

De hecho, uno de cada tres adolescentes en España hace un uso problemático de Internet y redes sociales, según apuntan, basándose en un informe de UNICEF. «Este tipo de conductas adictivas a veces se usan como refugio para eludir el sufrimiento, evadirnos del sentimiento de malestar», indican desde la Clínica López Ibor.

¿A qué se debe el alto consumo de los jóvenes a las redes sociales?

El alto consumo de redes sociales por parte de los jóvenes se debe al refuerzo social que les supone. Actualmente, millones de adolescentes buscan el refuerzo social a través de estas redes, publicando fotos y contenido personal. La respuesta cerebral del adolescente al acumular muchos ‘Me gusta’ se asemeja a la respuesta obtenida de comer chocolate, o ganar mucho dinero.

Por otro lado, las redes sociales influyen en el estado de ánimo de los jóvenes. La percepción de disponibilidad continua y el sentimiento de tener que estar siempre conectado y al día de las últimas novedades está relacionado con sintomatología ansiosa, depresiva y alteraciones del sueño.

Además, cada cierto tiempo aparece un ‘challenge’ o desafío que se viraliza a través de las redes sociales, impactando directamente en los jóvenes que quieren llevarlo a cabo para así recibir el refuerzo inmediato de los demás. Han surgido retos que sobre todo están dirigidos a los adolescentes y, al poner en peligro su vida, lo viven como algo emocionante y atractivo.

Señales de alarma

Los expertos explican que hay que alarmarse cuando las tecnologías interfieren en la vida diaria. La adicción puede derivar del uso de redes sociales, de compras compulsivas, de juegos ‘on line’, o de cualquier otro tipo de navegación a través de Internet.

También hay que preocuparse cuando las redes sociales son «un regulador del malestar emocional». «Cuando la persona depende de las redes para gestionar el malestar emocional es una señal de alarma», explica el psicólogo de la Clínica López Ibor, Pedro Neira.

«En el caso de sentir este malestar emocional, no existen para la persona otros mecanismos de regulación emocional, salvo las redes y, si la persona no dispone de ellos, no sabe regularse, incrementando el malestar y la frustración y fomentando un mayor craving (o deseo a realizar la conducta problema)», detalla el experto.

Por otro lado, aunque su consumo no sea diario, si el no tener acceso a Internet crea un sentimiento de malestar es igualmente peligroso; al igual que cuando se detecta una pérdida de control. Esto tiene lugar cuando muchas veces no se es capaz de decidir cómo actuar o cómo no actuar, creando un sentimiento de indefensión hacia uno mismo.

Herramientas de ayuda

La adicción cumple una función. Es importante entender que el consumo de la conducta adictiva normalmente está cumpliendo una función (aunque muchas veces no nos demos cuenta) y por lo tanto es posible que necesitemos adquirir otras herramientas que nos ayuden a aprender a vivir sin conducta adictiva.

Así, según los expertos, es importante establecer límites y normas de uso del móvil, y los adultos han de ser el reflejo de los límites de uso, ya que los adolescentes son un sector de la población más vulnerable.

Los especialistas también advierten de la importancia de «no usar el móvil en la cama, baño, en momentos consensuados de familia o en actividades programadas con familia o amigos«. Cuando se tengan dudas o se muestren reacciones adversas difíciles de controlar, o cuando la situación esté suponiendo ya un problema de conducta, es preciso acudir a un profesional.

«Las adicciones se tratan para conseguir que la persona gane en funcionalidad y no afecten o afecten lo menos posible a sus vidas», indica el psicólogo de la clínica Pedro Neira. «Aunque haya recaída, la recuperación es posible. Siempre hay oportunidad de aprender de ellas y conseguir dejar de realizarlas», sostiene.

Además, cuando haya recaída o no se vea avance, es importante no caer en una actitud pesimista que haga pensar que «no tiene solución». A esto se denomina ‘estado de indefensión’, un estado fruto de la propia adicción y que, a la vez, dificulta mucho su tratamiento. «Cuando esto ocurra, es necesario dejarse guiar por un terapeuta que ayude a ver con claridad las expectativas y posibilidades que la persona tiene para manejarse correctamente», afirman desde la Clínica López Ibor.

En estos csos, se recomienda una recuperación en fases. «Para tratar este tipo de adicciones comportamentales, es importante la deshabituación del paciente, que se realiza desde el inicio del tratamiento, con el objetivo de reducir su alto nivel de ‘craving’ (o deseo a realizar la conducta problema)» detalla el psicólogo Pedro Neira. «Una vez logrados estos objetivos se inicia la fase del cambio conductual, donde se favorecen hábitos saludables y de la mejora de las relaciones sociales y familiares», concluye.

Fuente: ElPeriodico Guatemala