El uso de las redes sociales con responsabilidad
Sería bueno preguntarnos si hace algunas décadas en la sociedad existían las riñas callejeras, la falsedad, la extorsión, si el chisme era algo común en distintos ámbitos, si hablar mal de una persona que nos había confiado algo mientras éramos amigos, pareja o compañeros de trabajo era común, si difundir y compartir noticias falsas, peor en épocas de elecciones era común o, compartir todos los días una cadena de algo, como ahora en WhatsApp. Si el fenómeno del experto se daba así por así, como ahora que hay expertos de todo tipo que dicen cómo hacer las cosas, cuándo hacerlo, o critican por que no se hacen bien y expresándose tan soezmente de alguien solo porque sí; y lo peor nunca habiendo ejercido un puesto público.
También si el deterioro en el uso del lenguaje era, como lo es ahora, uno observa cómo las personas se expresan por escrito, sin recato, con errores ortográficos, que en verdad son horrores, emitiendo opiniones por demás incorrectas sobre la vida de alguien, la posición que ostenta o simplemente por su género. Considero que todo lo que menciono, existe desde tiempos inmemorables, sin embargo los medios de difusión son diferentes, ahora en cuestión de segundos se difunde en forma impresionante una noticia, un mensaje, un chisme, un video u otro tipo de situación. Mucho de esto daña la reputación, la vida, la imagen y la autoestima de las personas. Hace unos días leía, el caso de una joven madre y esposa que terminó suicidándose pues no resistió la presión producto de la difusión de un video, sin su autorización, en donde salía con poca ropa, dicho video se lo había compartido a una expareja hacía más de 5 años, todo había terminado, ella había reiniciado y formalizado su vida y producto de ello un feliz matrimonio. Sin embargo, la expareja, en un momento de copas le muestra el video a compañeros, lo envía en un grupo de WhatsApp y se hace viral, ejemplos así hay muchos.
Veo a diario en las redes sociales a personas que considero, no trabajan, o trabajan poco, habrá que ver sino en sus horarios de trabajo, difundir cantidad de mensajes, sobre temas diversos, desde personales, pasando por la política, medicina, deportes, moral, entre otros, y opinan con autoridad extrema, ofenden, agreden, lastiman y a veces hasta tienen la cura de enfermedades que son incurables, algunos ingenuos esperan su ya común opinión o mensaje y lo peor, la comparten, es como aquella persona que finaliza más enferma de lo que está, pues resulta haciendo o ingiriendo todo lo que los amigos o amigas le dicen que haga.
Hoy hago un llamado a la actuación con responsabilidad, no tenemos que estar, ni creyendo todo lo que aparece en las redes sociales, pues eso significa ignorancia, ni compartir todo. No todo es cierto y si lo fuera, eso afecta a terceros, yo no estoy llamado a ser como los demás de destructivos e irresponsables. Actuemos con madurez y responsabilidad. A todo esto sumémosle la ética.
Fuente: Diario de Centroamerica