Proliferación de la noticia falsa – FAKE NEWS
La noticia falsa o fake news en inglés es tan antigua como la noticia misma y mucho más ancestral que la prensa o las redes sociales. La noticia falsa se ha multiplicado geométricamente junto con el exponencial crecimiento de los medios para diseminar información que ha desatado el internet, los dispositivos inteligentes y las redes sociales. Siempre ha sido difícil distinguir entre la verdad y la mentira y la explosión de medios para diseminar información ha multiplicado esta dificultad. Las herramientas para combatir las noticias falsas son pocas y débiles, prácticamente inútiles frente al sagrado principio de la sociedad moderna que es la libertad de expresión. La noticia falsa es un tipo de amarillismo o propaganda que deliberadamente desinforma o engaña; noticia fabricada con fines premeditados. Se ha vuelto común que una noticia falsa nazca en redes sociales y termina en medios tradicionales como noticia legítima.
En los medio de comunicación, la línea que separa la noticia de la opinión se vuelve cada vez más borrosa. Por ejemplo, una disputa por el registro de la marca Filgua es extrapolada por un comentarista para decir que “las acciones del sector empresarial… ya podían anunciar hasta donde este grupo es capaz de llegar para neutralizar toda acción tendiente a fortalecer la educación y la cultura”, y además “crea las condiciones ideales para someter a la ciudadanía a un régimen de privaciones intelectuales”. Tiene derecho a su opinión y más de un lector creerá que, efectivamente, el “sector” empresarial persigue neutralizar la educación y la cultura y quiere someter a la población a privaciones intelectuales. Soy muy escéptico del concepto de objetividad en la noticia y opinión, dudo que exista tal cosa; los hechos son de por si escuetos y van acompañados de interpretación y comentario, que es fundamentalmente subjetivo.
Los net centers y la diseminación de noticias falsas representan un problema para la sociedad, pero es probable que toda legislación y regulación que busque controlarla, sería un mal mayor. En ausencia de instituciones jurídicas capaces de brindar justicia pronta ante la difamación, no queda más que confiar en que la mayoría de receptores de noticias e información, tiene capacidad de discernir la línea que separa la verdad y la mentira.
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Fuente: Prensa Libre. Liberal sin Neo.