Operación Kraken: La policía desmantela la red criminal Ghost

La policía australiana ha asestado un golpe devastador al inframundo criminal al desmantelar una red de comunicaciones encriptadas de gran escala conocida como Ghost. La operación, bautizada como Kraken, ha llevado al arresto de decenas de sospechosos y ha dejado al descubierto un imperio criminal creado por un joven australiano.

El principal implicado es Jay Jae Yoon Jung, un ciudadano australiano de 32 años que residía en los suburbios de Sídney. Fue arrestado el martes por la mañana bajo la acusación de crear y gestionar una plataforma criminal. La policía actuó con rapidez: el presunto delincuente fue neutralizado y los dispositivos electrónicos fueron incautados en cuestión de segundos.

Durante dos días, el 17 y 18 de septiembre, se llevaron a cabo una serie de redadas coordinadas no solo en Australia, sino también en Irlanda, Italia, Suecia y Canadá. Para la mañana del martes, el número de detenidos en Australia había alcanzado a 38 personas, la mayoría de ellas en el estado de Nueva Gales del Sur.

Según las autoridades, cientos de delincuentes, incluidos miembros de bandas de moteros y representantes de organizaciones criminales italianas, de Oriente Medio y coreanas, utilizaron Ghost para coordinar el tráfico ilegal de drogas y otros delitos. Jung, a quien las autoridades describen como un “friki informático” sin antecedentes penales, compareció ante el tribunal el miércoles. Se le imputaron cinco cargos. El comisionado adjunto de la Policía Federal Australiana, Ian McCartney, afirmó que la red fue creada “exclusivamente con fines delictivos” y que su creador estaba motivado por el afán de lucro. Es notable que Jung lanzara la plataforma hace nueve años, cuando solo tenía 23 años.

Ghost se promocionaba como una red “impenetrable”. Para acceder a ella, los usuarios compraban iPhones modificados por 2350 dólares, junto con una suscripción de seis meses. Sin embargo, en marzo de este año, la policía encontró una “solución tecnológica” para penetrar en la red y descifrar los dispositivos. Los especialistas reprogramaron las actualizaciones de software, lo que les permitió acceder al contenido de los teléfonos en Australia. “En esencia, infectamos los dispositivos con un virus que nos permitió interceptar el contenido en los dispositivos australianos”, explicó McCartney.

En el momento de la operación, había 376 dispositivos activos en el país, y durante la existencia de la plataforma, se registraron más de 7200 usuarios en todo el mundo. Al concluir la investigación, la plataforma será completamente eliminada.

Desde marzo, las autoridades han logrado prevenir 50 casos en los que la vida de personas comunes podría haber estado en peligro, incluidos casos de extorsión, secuestros y lesiones graves. Durante una rueda de prensa, la comisionada adjunta, Kirsty Schofield, relató cómo una vez la policía descubrió en la plataforma la imagen de una persona con una pistola apuntando a su cabeza. Las fuerzas del orden tuvieron solo una hora para actuar y salvar a la víctima. Schofield describió la plataforma como una herramienta que facilitaba “toda la gama de actividades delictivas”, incluidos incluso casos de violencia doméstica.

Cuando se le preguntó sobre lo que podría haber ocurrido en la plataforma antes de que la policía accediera a ella seis meses atrás, McCartney respondió sinceramente: “No tenemos información al respecto”.

Este caso subraya la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado y la necesidad de estar siempre un paso adelante en el ámbito de la ciberseguridad.